19 de agosto de 2013

Design Thinking: Contrate a un antropólogo

 
Design Thinking es una metodología de innovación que se expande como una nueva forma para definir una estrategia empresarial, resolver un problema o diseñar lo que sea: un juguete, un proceso de ventas o investigación, una casa, una forma de enseñanza… en fin, cualquier cosa que pretenda ser innovada.

Procter & Gamble por ejemplo, lo empezó a utilizar hace algunos años para volver a centrarse en el cliente. En esencia, es una forma de encontrarle solución a una necesidad humana centrándose justamente en las personas. El principio central y novedoso de Design Thinking es juntarse con personas reales y prestarles atención. Se trata de comprender en profundidad lo que hacen las personas para quienes lo que quieres innovar va dirigido.



Stanford University Institute of Design, sobre Design Thinking:

“Observar lo que la gente hace y cómo interacciona con su entorno te da claves sobre lo que piensan y sienten. Te ayuda a aprender lo que necesitan. Observando a la gente se puede conseguir manifestaciones físicas de sus experiencias, de lo que hacen y lo que dicen. Esto te permite interpretar el significado intangible de esas experiencias que te conducirán a una comprensión más profunda. A su vez, esta comprensión te llevará a soluciones innovadoras.”

Este texto parece tomado de Argonauts of the Western Pacific, de Bronislaw Malinowski, considerado uno de los fundadores de la antropología moderna:

“La meta es, en resumen, llegar a captar el punto de vista del indígena, su posición ante la vida, comprender su visión sobre su mundo”

Dice también:

“Las historias que la gente cuenta y las cosas que dice que hace –incluso si son diferentes de lo que realmente hace- son potentes indicadores de sus creencias más profundas acerca de cómo es el mundo.”


Esto fue precisamente lo que descubrió Malinowski antes de escribir aquel libro en Papúa Nueva Guinea y lo que le llevó a convertir una “corta visita” en una estancia de cuatro años: que la gente dice ciertas cosas pero luego hace otras. Por eso, si quieres comprender por qué la gente hace lo que hace, necesitas convivir con ella.
 

La empatía es, para la gente de Stanford, el concepto central en Design Thinking. Y para aclararlo lo descomponen en las tres acciones que deben practicarse para ser empático:
  • Observa a los usuarios y su comportamiento en el contexto de sus vidas
  • Júntate: entrevista a los usuarios e interactúa con ellos.
  • Sumérgete: experimenta lo que el usuario experimenta.


Esto último resulta ser una buenísima definición divulgativa sobre un concepto esencial en la antropología: el de la observación participante.

Finalmente, ¿cuál es la actitud que el innovador debe adoptar en su relación con las personas observadas? La de asumir el punto de vista y actitud de un neófito.

Esta es, de nuevo, otra de las herramientas básicas del antropólogo, bautizada como “extrañamiento”. En 1991 Paul Bohannan escribía: “la antropología está preparada para decirle a la gente de la empresa de qué forma sus productos específicos encajan en las vidas de los que los utilizan, y así influir en la publicidad, la dirección de la investigación e incluso en los métodos de producción.”. Y es en esa forma de mirar, buscar y entender cosas que demanda Design Thinking, que son entrenados los antropólogos que sin ser conscientes de ello las interiorizan hasta hacerlas tan naturales como respirar.

Es difícil imaginar a alguen que a priori esté más preparado que un antropólogo para practicar la empatía, mirar como un neófito y sumergirse en el quehacer de las personas para ganar una comprensión profunda del significado de por qué hacemos lo que hacemos.


Tomado y adaptado por Colintel de un texto de:
Javier Fidalgo, director ejecutivo de la empresa Ocelata Consultores
Originalmente publicado en: antrial.wordpress.com

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